Aceite esencial de Lavanda
La composición química del aceite esencial de lavanda es rica y compleja, destacando la presencia de compuestos como linalol, acetato de linalilo, cineol y beta-cariofileno. Estos elementos contribuyen a las propiedades relajantes, antiinflamatorias y antisépticas que hacen de la lavanda un aceite versátil y valioso.
El aceite esencial de lavanda se puede utilizar de diversas maneras en aromaterapia. Desde difusores hasta inhalaciones directas, la lavanda es conocida por aliviar la tensión emocional, favorecer la concentración y promover la paz interior.
La fragancia del aceite esencial de lavanda es armoniosa y floral, con notas herbales suaves. Esta esencia no solo deleita los sentidos, sino que también tiene propiedades calmantes, ayudando a aliviar el estrés, la ansiedad y promoviendo un ambiente relajante. En aromaterapia, se utiliza para fomentar la tranquilidad y mejorar la calidad del sueño.